2014
Centro de interpretación para la zona de Mindo (noroccidente de Pichincha)
El proyecto pretende conjugar el dialogo entre arquitectura y naturaleza. Las particulares condiciones naturales que se presentan en el entorno inmediato como en el paisaje lejano condicionan y sugieren la proyección, diseño y materialidad del Centro de Interpretación.
Las áreas solicitadas se establecen en dos pabellones paralelos que miran el paisaje. Estos pabellones separan las actividades en dos grupos que tienen que ver con los ocupantes y visitantes del establecimiento, a la vez que permiten que la naturaleza pase entre ellos, de esta manera aparecen espacios verdes a manera de patios internos que se comunican con el vestíbulo en el centro de la composición. Dichos pabellones se abren al paisaje con transparencia y translucidez además de la circulación que recorre longitudinalmente los pabellones para aprovechar las vistas y crear un espacio de transición, suavizando el cambio de luz entre exterior e interior.
El aspecto técnico y constructivo del Centro de Interpretación está dado por la repetición modular de un pórtico de madera con ensamble metálico, que cada dos metros recorre el largo de los pabellones. Esta estructura de madera soportará la doble piel (transparente-frontal y opaca-posterior) que envuelve la edificación y estará asentada sobre un sócalo de piedra que salvará la pendiente del terreno.
El 90% de la construcción está basado en un sistema modular, por tanto estos pueden ser prefabricados en la localidad más cercana (Nanegalito) para luego ser transportados y colocados en el sitio y de ésta manera provocar el menor impacto posible al terreno.
La estructura de madera le da el carácter estético al proyecto, ya que las piezas que la conforman se repiten de manera rítmica además de estar a la vista, formando parte de una piel articulada a lo largo del edificio en su fachada frontal, mientras sirve de soporte para la cubierta y pared posterior con un mismo material.
En ésta estructura predomina la línea vertical, sus pórticos son visibles en la fachada frontal, y su repetición combina con la verticalidad rítmica de su entorno vegetal inmediato. La fachada posterior, por el contrario, siendo maciza a todo lo largo de los pabellones adquiere la horizontalidad propia del paisaje de su entorno más lejano. Esta última característica pretende expresar la intención inicial de dialogo entre arquitectura y naturaleza. La arquitectura y su materialidad junto a su entorno natural próximo y distante.
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